¿Cómo afecta el hábito de succión digital?

Todos los recién nacidos experimentan el reflejo de succión digital como una reacción involuntaria y les aporta un sentimiento de bienestar, en la etapa de la erupción dentaria la succión es provocada por el alivio del dolor. De un 10% a un 20% de los niños lo mantienen hasta los 5 años.

Sin embargo, es importante controlar que dicho hábito no se mantenga en el tiempo puesto que da lugar a consecuencias y modificaciones tanto esqueléticas, dentales y fonológicas en el desarrollo del niño.

Estas son algunas de las consecuencias que se pueden presentar:

A nivel óseo:

Paladar estrecho (ojival).
Maxilar superior hacia delante: El dedo empuja en dicha dirección el hueso superior.
Mandíbula inferior retrasada: El dedo frena su crecimiento.

A nivel dental:

Incisivos superiores hacia adelante. En ocasiones espaciados entre ellos (diastemas).
Incisivos inferiores hacia atrás.
Mordida abierta anterior o lateral (existe espacio entre los dientes de arriba y los de abajo en la zona donde se coloca el dedo).

Mordida cruzada, mordida lateral cruzada, dientes que salen torcidos o apiñamiento de dientes. (por el paladar estrecho).

Alteraciones musculares:

Hipotonía labial (sobre todo de labio superior).
Labio inferior hiperactivo, con contracción anormal durante la succión y la deglución. Es decir, al tragar observaremos que el labio inferior realiza un sobreesfuerzo.

Otras alteraciones que se podrían observar:

Boca abierta normalmente.
Persistencia de deglución infantil. Al existir un espacio entre los dientes de arriba y los de abajo el niño se ve obligado a colocar la lengua entre los dientes para tragar.
Problemas fonéticos, especialmente de los fonemas /t/, /d/ y /l/.
“ceceo”. Dificultad para pronunciar algunas palabras.
Interposición lingual en reposo. La lengua se coloca entre los dientes en reposo.

Alteraciones en dedo (color y hasta en ocasiones callosidad).
Labio inferior colocado por detrás de los incisivos superiores.
Interferencia de la secuencia normal de la erupción (el dedo puede frenar la salida de los dientes).

Con un poco de paciencia e ingenio, se puede ayudar a los niños a abandonar el hábito de chuparse el dedo.

Refuerzo Positivo

Felicita a tu hijo cuando logre estar sin succionar el dedo. Por ejemplo, puedes entregarle un premio como un calendario con estrellitas o stickers.

Identificar el estímulo

Muchas veces los niños succionan su dedo cuando se sienten inseguros, necesitan apoyo o están cansados. Descubre cuales son estas situaciones y concéntrate en averiguar la causa de su ansiedad entregándole apoyo y ayuda. Puedes abrazarlo o usar palabras tranquilizadoras. También le puedes entregar un peluche u otro objeto para que pueda jugar con los dedos.

Recordatorios discretos

Nunca regañes o ridiculices a tu hijo y menos frente a otras personas. Usa pequeños recordatorios como por ejemplo una señal con la mano.

Si estos datos no funcionan puede ayudar poner un parchecurita sobre el dedo durante el día a modo de recordatorio del niño para que así evite el hábito. Durante la noche puede ser efectivo un calcetín sobre la mano.

Es importante intentar identificar las situaciones y lugares donde el niño tiende a chupase el dedo con mayor frecuencia. Generalmente hay patrones de momentos y estímulos que provocan que el niño se chupe el dedo y estos se repiten en el tiempo. Por ejemplo