Cuidemos las vías
respiratorias de nuestros
niños en temporada
de lluvias

Cuidemos las vías respiratorias de nuestros niños en temporada de lluvias

Hola, soy Carol Cepeda, terapeuta respiratoria de Pulmón Sano y mamá. Quiero contarte algunos tips para proteger las pequeñas narices y pulmones de nuestros niños en esta época de lluvias. Sé que salir con ellos en días húmedos puede ser todo un reto, pero con unos cuantos cuidados podemos prevenir enfermedades y disfrutar juntos, sin preocupaciones.

Lo que siempre llevo en la maleta cuando salgo

¿Sabes ese momento en el que empieza a llover de la nada y piensas: ¡Ay, no traje nada para esto!? Bueno, con el tiempo aprendí a estar preparada. Aquí te dejo lo que nunca falta en nuestra maleta:

Un impermeable o capa de lluvia: Es mucho más cómodo para ellos que un paraguas, y los mantiene secos mientras juegan o caminan.
Botas de lluvia: No solo evitan que se mojen los pies, sino que los protegen del frío.
Toallitas o una toalla pequeña: Para secarles las manos o la cara si están muy húmedos.
Un cambio de ropa: Ideal en caso de que se mojen mientras juegan o al regresar a casa.

Termo con algo tibio: Puede ser agua, té suave o leche. Les ayuda a mantener el cuerpo calentito después de la lluvia.

¿Qué hacer si se mojan?

Aunque intentemos que no se mojen, sabemos que es casi imposible evitarlo siempre. Lo importante es actuar rápido:

Cámbialos de inmediato: Quita la ropa mojada en cuanto lleguen a casa. Es clave para que no pierdan calor.
Pies secos y calientes: Lava y seca bien sus pies, y ponles medias abrigadas.
Un baño tibio: Les ayuda a regular su temperatura y, de paso, los relaja para una buena siesta o descanso.
Un ratito de calma: Nada de correr ni jugar hasta que estén completamente secos y calentitos.

¿Cuándo preocuparse?

Es normal que los cambios de clima traigan congestión nasal o tos, pero hay señales que no debemos ignorar:

Fiebre persistente o alta: Es una alerta clara de que hay algo más que un simple resfriado.
Tos que no para: Especialmente si es profunda o suena diferente a lo habitual.
Respiración agitada o quejidos al respirar: Si notas que le cuesta trabajo, consulta al médico de inmediato.
Decaimiento: Si lo ves muy apagado o sin energía, algo puede estar pasando.

Y recuerda: si tu hij@ se resfría, ¡no pasa nada! Mantén la calma, cuídal@ con amor, dale muchos líquidos y sigue los consejos de tu pediatra. La clave está en prevenir, pero también en saber actuar a tiempo.

Carol Cepeda

Terapeuta Respiratoria

Pulmón Sano